Tras 8 años de batallar hemos conseguido que nuestras compañeras estén en la calle. Aunque siguen en régimen de tercer grado no podemos ocultar nuestra alegría y agradecer tanto a las organizaciones como a las personas que ni por un momento dudasteis de que el camino para lograr la libertad de nuestras compañeras era la presión en la calle. Esa presión y esa movilización pertinaz y constante es lo único que históricamente ha dado triunfos a nuestra clase y hoy se ha vuelto a demostrar. Aún queda camino para conseguir revertir toda la injusticia, para que sea reconocido que nuestras compañeras de lo único que son culpables es de ser solidarias, de ser mujeres que cuidan de mujeres, de practicar el apoyo mutuo, de hacer del sindicalismo una herramienta afilada y útil para la clase obrera. Por ese sindicalismo de acción directa, ese sindicalismo que no deja a nadie atrás, que no acepta privilegios, ese sindicalismo horizontal, donde se lucha en pie de igualdad, ese sindicalismo que no ha venido a por migajas sino a cambiar el mundo. Por esa idea seguimos adelante, en el convencimiento hoy más que nunca de que estamos en el buen camino.
¡Hasta la libertad plena de las seis de la suiza! ¡Hasta la emancipación total de la clase trabajadora!