CNT Xixón ante el preacuerdo de la huelga de educación

CNT Xixón ante el preacuerdo de la huelga de educación

Más con hechos que con palabras, CNT ha estado apoyando la huelga educativa que se ha sostenido estas últimas semanas. Hemos apoyado e ido a la huelga y hemos acudido a todas las movilizaciones. Hoy, con el anuncio del preacuerdo, nuestro sentir es compartido con una gran parte del profesorado asturiano: el sindicalismo de los comités ha vendido de nuevo a la clase trabajadora. En las últimas movilizaciones, las proclamas eran claras: ni un paso atrás. Las cúpulas sindicales han añadido: tampoco un paso adelante. Por el camino barren el esfuerzo de todo el profesorado que ha sostenido el conflicto o de quienes han dimitido en bloque. Han puesto el cuerpo y se han llevado migajas.

Desde CNT llamamos a la organización asamblearia de la clase trabajadora. Sin liberados, sin subvenciones y sin cúpulas traidoras. Una organización donde los acuerdos se tomen en asamblea y los cargos sean revocables. Es la única manera de que un delegado represente fielmente el sentir mayoritario.

Valoramos también negativamente algunos que creemos errores estratégicos en esta huelga. Por ejemplo, el no tener una caja de resistencia organizada a gran escala con la que sostener una huelga indefinida. Es una herramienta solidaria y que nos da la fuerza a la clase obrera para sostener el conflicto hasta el cumplimiento de nuestras reivindicaciones. Hace falta también endurecer la presión en las calles. El resultado de la huelga es que con los servicios mínimos establecidos por el Principado, la Consejería se ha ahorrado en salarios un dineral que a penas se cubre con el acuerdo conseguido. La tarea de repensarlo queda ahí. También creemos que el hecho de haber dejado de lado al personal de limpieza, administrativo o de conserjería ha perjudicado los intereses de la huelga. Se hace más importante que nunca que la famosa unión no sea entre conjuntos de siglas, sino de la clase trabajadora para imponerse con toda su fuerza. Esto requiere huir como de la peste de cualquier corporativismo.

Por nuestra parte, seguiremos organizándonos. Este pacto es una mejora ridícula de nuestras condiciones de trabajo. Seguimos exigiendo, entre otras cosas, mejores remuneraciones, la eliminación de trámites burocráticos absurdos o la reducción tanto de las ratios como de las horas lectivas. En resumen, más recursos para la educación pública. Porque, no se dude, haberlos haylos.

A pesar de que los de siempre han hecho lo de siempre, no nos llevamos el pesimismo: la lucha ha sido fuerte y se ha demostrado ya no solo la capacidad de lucha del profesorado sino también sus ganas de ello. Aunque prospere el sentimiento antisindical con el que más de uno quiere hacer caja, está más sobre la mesa que nunca la necesidad de organizarse y pelear. La situación aprieta y más debemos hacerlo quienes ponemos el cuerpo. Toca que cada cual aprenda de sus errores y haga cuanto esté en su mano para remediarlo. Esto ha sido una batalla, pero que nadie dude de que la lucha sigue.